
¡Fuera porros de la UNAM!”, era el grito que miles de estudiantes coreaban la tarde del miércoles en el sur de Ciudad de México.
En el campus central de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), se reunieron más de 30.000 alumnos, una de las mayores concentraciones de estudiantes en el lugar desde las históricas protestas de 1968.
Y entre las diversas exigencias a las autoridades de la UNAM, una era la más clara: la expulsión de los grupos de choque conocidos como “porros”.
Apenas el lunes pasado, una protesta pacífica de estudiantes de bachillerato -del Colegio de Ciencias y Humanidades (CCH) Azcaptzalco de la UNAM- terminó abruptamente cuando un grupo de “porros” los atacó con piedras, palos, bombas caseras y navajas, según informaron medios locales.
Cuatro estudiantes resultaron lesionados, dos de ellos conheridas de gravedad, detallaron los gestores del centro.
¿Qué son los “porros”?
Tanto para estudiantes como para profesores de la UNAM, la existencia de grupos de choque ha estado históricamente asociada a grupos que quieren controlar la universidad, tanto en esta institución como en otras del país.
“Quien los maneja tiene la intención de controlar a la universidady todo lo que de ella se deriva. Como son jóvenes, se pueden confundir con estudiantes”, le dice a BBC Mundo el doctor Hugo Sánchez, un investigador del fenómeno de los “porros” en México.
La UNAM no solo es una universidad que tiene un prestigio académico muy importante. También es una escuela de cuadros políticos, para el gobierno y para la oposición”, explica el investigador.
“Ahora hay una lucha de grupos para ver quién controla a la UNAM. El rector (Enrique) Graue pronto dejará el cargo. Y quien controla a la UNAM no solo controla la parte académica, sino también la política. Ahí es donde están los porros”, afirma Sánchez.
Las autoridades universitarias, por su parte, niegan estar detrás de estos grupos de choque.
“Son grupos de provocadores, que obedecen intereses ajenos a la universidad, y que evidentemente pretenden desestabilizar, creando un clima de inseguridad e incertidumbre”, dijo el rector de la UNAM en una declaración este martes.
“Su existencia violenta la vida académica de nuestra casa de estudios, y pretende inhibir la libre expresión de la comunidad universitaria”, agregó el rector Graue en un pronunciamiento en el que condenó los hechos violentos del lunes.
Por lo pronto, el rector señaló que en el caso de la violencia del lunes había grupos de “porros” identificados como “32”, “3 de marzo” y “Federación de Estudiantes de Naucalpan” y firmó la expulsión de 18 personas inscritas en la Universidad.
Este jueves, la UNAM también anunció en un comunicado la suspensión del coordinador operativo de vigilancia de la UNAM, Jesús Teófilo Licona Ferro, por los hechos violentos ocurridos el lunes.
La seguridad en los campus de la UNAM es gestionada por el propio centro y en raras ocasiones se involucran cuerpos policiales. Pero la Fiscalía de Ciudad de México informó de que investigará lo ocurrido esta semana.
Fuente BBC