Octubre 5 de 2019.- Los maestros fueron durante mucho tiempo personas muy valoradas por las sociedades. Su profesión se consideraba respetable y su imagen era un modelo para los niños. En el mundo de hoy la percepción ha cambiado y dedicarse a enseñar ha dejado de ser atractivo para los jóvenes por diversas razones, entre ellas los salarios bajos, la responsabilidad que se achaca a los docentes por las falencia de los sistemas educativos, la falta de perspectivas profesionales, las amenazas de violencia en ciertas partes del mundo, el desconocimiento de su autoridad y las nuevas tecnologías.
Estos desafíos obligan al magisterio y al sector de la educación en su conjunto a replantear sus esquemas para adaptarse a la realidad actual y prepararse frente al porvenir.
Un futuro justo requiere sociedades educadas, por ello, el Objetivo de Desarrollo Sostenible 4 es garantizar una educación inclusiva y de calidad para todos en 2030, una meta que no puede lograrse sin maestros.
Déficit magisterial
Sin embargo, el mundo vive un déficit de docentes, especialmente en el sur y occidente de Asia y en África subsahariana.
Según la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (UNESCO), un gran número de maestros se retirará durante la próxima década y no hay suficientes candidatos jóvenes para remplazarlos. Además, hay un alto índice de deserción de la profesión. En Estados Unidos, por ejemplo, un estudio reveló que más del 41% de 50.000 maestros de primaria y secundaria entrevistados en 2014 abandonó la docencia en los cinco primeros años de ejercerla.
Las proyecciones de la UNESCO advierten que de los más de 69 millones de profesores que hacen falta para que en 2030 todos los niños tengan acceso a la educación primaria y secundaria habrá que contar con 48,6 millones de maestros nuevos.
Revalorar la profesión entre los jóvenes
La urgencia de despertar el interés hacia la profesión y reivindicar el papel de los maestros en la sociedad decidió a la UNESCO a dedicar a los jóvenes este Día Mundial de los Docentes, una jornada celebrada cada 5 de octubre desde 1994.
Bajo el lema “Jóvenes docentes: el futuro de la profesión”, la UNESCO propone para la efeméride reflexionar sobre lo que se podría hacer para motivar a las nuevas generaciones a convertirse en maestros y permanecer en el campo de la enseñanza.
También considera fundamental que los Gobiernos consulten a los jóvenes estudiantes y recién graduados y que tomen en cuenta sus inquietudes y opiniones en cuanto a los incentivos o estrategias que ayudarían a reclutar y capacitar docentes. El principal propósito es que el magisterio vuelva a ser una opción profesional atractiva.
Un diálogo con los jóvenes ayudaría a saber qué tipo de relaciones contractuales, salariales y estímulos buscan los jóvenes calificados y qué tanto responden las actuales políticas con sus expectativas de desarrollo profesional. De esta manera habría una guía marcando el rumbo a seguir para reducir el déficit de maestros.
Mensaje
En su mensaje para el Día Mundial del Docente, la UNESCO, la Organización Internacional del Trabajo (OIT), el Fondo de la ONU para la Infancia (UNICEF) y el Programa de la ONU para el Desarrollo (PNUD) alertan que, sin una nueva generación de maestros motivados, millones de estudiantes no ejercerán su derecho a obtener una educación de calidad.
“Con maestros mal pagados y poco valorados es un desafío atraer y retener a los jóvenes talentosos. Las tasas de deserción aumentan rápidamente en todo el mundo, en parte debido a las condiciones precarias del empleo y las escasas oportunidades de desarrollo profesional. Por si fuera poco, hay una falta de recursos para enseñar a los niños que necesitan educación especial y para los menores discapacitados, refugiados y multilingües”, señalan las agencias de la ONU.
Retos diferentes en cada sociedad
Los maestros jóvenes de los países de altos ingresos sufren mucha más presión y requerimientos que antes debido a reformas educativas centradas en normas y aprendizaje que precisan que los maestros se pongan al día a un ritmo muy acelerado.
Mientras tanto, en los países de bajos ingresos, suelen tener maestros con baja preparación y grupos demasiado grandes de alumnos, lo que obstaculiza la enseñanza.
En áreas rurales remotas y afectadas por crisis o conflictos es más difícil que los maestros continúen impartiendo clases. Los desplazamientos y migración causados por situaciones de emergencias, así como el VIH-SIDA y otros problemas agudos de salud llegan a impedir la presencia de los maestros en las aulas, además de que afectan el nivel de la educación y motivación.
Los maestros jóvenes recién graduados a menudo se encuentran con estudiantes y comunidades que pueden haber sufrido traumas o que son migrantes o desplazados.
Del mismo modo, numerosos profesores nuevos, sobre todo mujeres, deben aumentar a sus problemas relacionados con la vivienda, seguridad y condiciones de trabajo, el aislamiento y la falta de su red familiar y social.