La Organización Mundial de la Salud informó este jueves que espera que a finales de 2020 puedan producirse cientos de millones de dosis de vacunas contra el COVID-19.
La jefa de científicos de la OMS, Soumya Swaminathan, aseguró durante una conferencia de prensa virtual, que para 2021, confían en que estén disponibles otros 2000 millones.
Unas 300 vacunas están actualmente en ensayos y tres están cerca de comenzar la fase final de las pruebas en humanos: la de la Universidad de Oxford, la vacuna de RNA de la compañía Moderna y otra más en China.
Swaminathan insistió en que estás cifras no son certezas, ya que dependen del resultado final de los ensayos, pero la OMS trabaja con esos supuestos para su “adquisición, distribución y reparto justo”.
“Tengo esperanza, soy optimista. Pero el desarrollo de una vacuna es una tarea compleja, viene con mucha incertidumbre. Lo bueno de esto es que tenemos muchas vacunas y plataformas para que, incluso si la primera falla, o si la segunda falla, no perdamos la esperanza, no nos vamos a rendir”.
“Si tenemos suerte”, dijo la científica, habrá una o dos vacunas exitosas a finales de año.
Vacunas repartidas de manera justa
La experta aseguro que hacerle llegar estas vacunas a quienes lo necesiten, depende de que los apoyen e inviertan en el Fondo de Acceso Global para Vacunas COVID-19, conocido como COVAX, un mecanismo propuesto por la alianza GAVI y la OMS, como parte de su iniciativa de aceleración de vacunas y tratamientos contra el COVID-19.
“Solo podemos hacer eso si el mundo se une, si los países se unen y aceptan este mecanismo. Por lo tanto, estamos proponiendo un marco que podría usarse para decidir a quién se debe priorizar. Y mencioné que se podría pensar en grupos de personas a las que se debería priorizar. Como, por ejemplo, los conductores y los trabajadores de ambulancias y otros trabajadores de la salud, pero también la policía, los que trabajan en los supermercados, los trabajadores de saneamiento, estas son las personas que están muy expuestas “.
La funcionaria de la OMS señaló que otras personas en riesgo que también se beneficiarían de una vacuna incluían a los ancianos y aquellos con hipertensión, diabetes y demencia. Las personas en las cárceles, hogares de ancianos, fábricas y barrios marginales urbanos donde se han identificado brotes también deben recibir la vacuna como una prioridad, dijo Swaminathan.
La salud no puede ser un negocio
“El modelo de innovación hoy en día está manejado por el mercado y la OMS ha dicho por mucho tiempo que esto afecta la salud pública, ya que no se desarrollan vacunas para enfermedades para las cuales no hay un valor comercial. Entonces tenemos que cambiar este modelo y encontrar otras formas de hacer investigación y desarrollo más enfocado en la salud pública. La salud no debería ser algo que está en el mercado para monetización”, expresó la experta.
Swaminathan aseguró que, sin embargo, en esta pandemia ha habido una gran solidaridad del sector público y privado, y claramente de los científicos alrededor del mundo, ya que se están compartiendo el conocimiento y los datos públicamente y muchos de los fabricantes de vacunas han dicho que les gustaría proveer las vacunas al costo, no para recibir ganancias.
“Es por ello por lo que el marco de COVAX que estamos proponiendo es para personas y países, para que se junten y pongan sus recursos en un solo lugar, de esta manera se reduce el riesgo. No sabemos qué vacuna de las candidatas va a ser exitosa, entonces si todos los países ponen sus recursos a una vacuna que al final no resulta, pues entonces tendrán después muy poco de donde elegir, pero si ponen los recursos a un fondo común que financia a varios candidatos, y de ellos un par son exitosos, pues tendrán más poder de negociación y un marco para hacer llegar a esas vacunas a la población que sea justo e igualitario”, explicó
La Organización Mundial de la Salud se encuentra en conversaciones semanales con los países para llegar a un acuerdo de reparto del posible suministro limitado de vacunas a finales de este año.
“Por ejemplo, si al final de este año tenemos 50 a 100 millones de dosis, ¿cómo debería el mundo compartir eso? ¿Debería ir solamente a los países que pueden pagarlo para sus poblaciones, o debería ir para proteger a los trabajadores de salud o las personas más vulnerables? Esto es algo que la comunidad internacional necesita discutir”, dijo.
Respondiendo a una pregunta sobre las patentes de estas vacunas, la experta aseguró que se pueden conseguir las licencias si todos se ponen de acuerdo, pero que el verdadero problema será tener la capacidad física de fabricar las inmunizaciones al nivel que se necesita, así como repartirlas justamente.