Desde el inicio del conflicto, han muerto decenas de niños en el país y unos 1,5 millones de niños forman parte ya del éxodo de Ucrania, a un ritmo de casi un niño por cada segundo, desde que comenzó la invasión rusa el 24 de febrero.
“Cada día, en los últimos 20 días, en Ucrania más de 75.000 niños se han convertido en refugiados. Es decir, cada minuto, 55 niños huyen del país”, dijo James Elder, portavoz del Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (UNICEF).
“Esta crisis de refugiados, en términos de escalada, no tiene precedentes desde la Segunda Guerra Mundial y no parece que vaya a disminuir”, afirmó Elder.
Tres millones de refugiados
Desde Ginebra, el portavoz de Organización Internacional para las Migraciones (OIM) ha confirmado que ya se ha alcanzado la cifra de los tres millones de desplazamientos de personas. Añadió, además, que “entre estas personas se encuentran unos 157.000 nacionales de terceros países”.
Polonia es, con diferencia, el país que más personas acoge, ya que alrededor de 1,8 millones de personas han buscado refugio en el país desde el 24 de febrero, según el recuento realizado el martes por la Oficina del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados (ACNUR).
Más de 453.000 se han desplazado a Rumanía, casi 337.000 a Moldavia, unos 263.000 a Hungría y casi 213.000 a Eslovaquia. Además, más de 142.000 han huido a Rusia y más de 1475 a Bielorrusia, según las cifras del ACNUR. Muchos continúan su viaje en otros lugares de Europa, para reunirse con familiares o amigos.
Según el ACNUR, casi el 90% de los refugiados son mujeres y niños.
“Como todos los niños expulsados de sus hogares por la guerra y el conflicto, los niños ucranianos que llegan a los países vecinos corren un riesgo importante de separación familiar, violencia, explotación sexual y tráfico de personas”, subrayó James Elder.
La situación sobre el terreno
La situación sanitaria en el país es preocupante, alerta UNICEF.
“Cuando pregunté a los pediatras de Lviv —que habían recibido a 60 niños de los hospitales de Kyiv de la noche a la mañana— cómo se preparaban para recibirlos, me explicaron cómo priorizaban”, explicó Elder, que acaba de regresar de una misión de dos semanas en Lviv, en el oeste de Ucrania.
“Si llegan muchos niños con heridas de guerra, los médicos utilizan pegatinas de distintos colores para priorizar el tratamiento. Pegatina verde: dejar al niño por ahora; amarilla: el niño necesita asistencia médica al momento; roja: el niño está en estado crítico; pegatina negra: no se puede salvar al niño”.
Sobre el terreno, UNICEF sigue entregando ayuda y desplegando más personal humanitario. El fin de semana, otro convoy con 168 toneladas de suministros llegó al Ucrania. Unos 20 camiones han proporcionado kits de parto, kits quirúrgicos y obstétricos, concentradores de oxígeno, neveras; así como mantas y ropa de invierno, kits de agua, de saneamiento e higiene.
Para UNICEF, la forma más segura y rápida de salir de este desastre —de hecho, la única forma de salir de este desastre— es que esta guerra termine, y que termine ya.
“Hasta que llegue ese momento, los ataques en zonas civiles y contra las infraestructuras civiles deben cesar”, concluyó Elder, señalando que tales acciones dejan “a millones de niños en las zonas de conflicto de Ucrania”.
La Cruz Roja a la espera de evacuar civiles
El Comité Internacional de la Cruz Roja (CICR) espera organizar la evacuación de dos convoyes de unos 30 autobuses con civiles de la ciudad asediada de Sumy, en el noreste de Ucrania, y su posterior traslado a una zona segura.
“Nuestros equipos se dirigen a Sumy para facilitar el paso seguro de los civiles. Esperamos que esto se lleve a cabo según lo previsto”, dijo el portavoz del Comité, Ewan Watson, en una rueda de prensa en la ONU en Ginebra.
Añadió que no tenía más detalles, pero que la operación se llevaría a cabo con la Cruz Roja ucraniana.
Además, reclamó que las promesas de accesos seguros no se habían cumplido.
En otras ciudades asediadas, como Mariupol, en el sureste del país, se está negando la ayuda a la población. En estas condiciones, las familias han llegado en ocasiones, a “desmontar los calentadores de aceite para sacar el agua como último recurso para conseguir algo de beber”, ya que los suministros de agua también han sido objetivo.
“En este momento, decenas de miles de familias viven bajo la amenaza constante de peligro en Mariupol. Se acurrucan en cualquier refugio que puedan encontrar. Tienen poca comida y agua. Están aterrorizados”, dijo la Cruz Roja en un tuit